Torticas de fango
Primero, fue la salvación de mi madre. Una bandeja bendita de arroz con algunas piedrecillas, potaje de chícharos con sal y ajo, un huevo hervido aún en su cáscara y unas rodajas de rábano. Ese era nuestro almuerzo escolar en los años 90 y la hora exacta en que mi madre podía pensar en otra …